Por Tad Wanveer, 3 de Junio de 2022
Una piedra angular de la Terapia CraneoSacral de Upledger (UCST) es la creencia de que saber la mejor manera de ayudar a alguien reside dentro del cliente en lugar de dentro del profesional. En lugar de usar agendas predeterminadas, el profesional utiliza técnicas diseñadas para apoyar al cliente en la utilización de sus procesos naturales y el conocimiento inherente para lograr un mejor estado de bienestar. La neutralidad es esencial en este enfoque dirigido al cliente y orientado al proceso. La neutralidad, también permite el descubrimiento momento a momento de las vías de cambio que son únicas para cada cliente individual.
El concepto de neutralidad terapéutica, también conocido como «neutral», en la UCST, tiene tres aspectos: 1) el estado interno del profesional, 2) la relación cliente-practicante y 3) el Proceso terapéutico. Estos aspectos se discuten junto con la importancia de que el profesional encarna la neutralidad.
El estado interno del practicante
La neutralidad del practicante es un estado interno físico, emocional y energético de receptividad y acción equilibradas. Es como si el practicante fuera una brújula y el cliente fuese un campo magnético, y este campo representa al cliente en su conjunto. Su campo mueve la aguja de la brújula para apuntar al profesional en la dirección de la mejor manera de apoyar los procesos naturales de autorregulación y autocuración del cliente. En otras palabras, el cliente focaliza y da forma a la atención del profesional hacia la mejor manera de facilitar el trabajo interno del cliente. De esta manera, durante una sesión, las creencias, expectativas, actitudes y experiencias pasadas del profesional se asientan en el fondo de la conciencia, mientras que la guía del cliente, conocida como el Médico Interno (MI), está en primer plano y liderando el proceso.
La relación cliente-practicante
El MI se basa en las creencias fundamentales de la UCST, tales como:
- Es inherente a cada ser humano y a todos los sistemas biológicos vivos; son procesos de adaptación naturales que contribuyen a la supervivencia, al funcionamiento y a la autocuración.
- Dentro de cada persona hay una comprensión de cada problema de salud y la mejor manera de resolverlo, es con el MI (John E. Upledger 1999, 2003).
- El profesional facilita la autocuración de un cliente comunicándose y siendo guiado por el MI ya sea verbal o no verbalmente, consciente o no conscientemente, para facilitar mejor los procesos naturales del cliente (John E. Upledger 1999).
- El MI es la voz de la sabiduría, es la parte dentro de todos nosotros que mantiene la conciencia de nuestro estado interior y las condiciones externas.
- Y el profesional libera sus suposiciones y se fusiona con el cliente a través del tacto y otros sentidos para escuchar, seguir y apoyar la guía del MI del cliente (John E. Upledger 2009). En este sentido, la relación cliente-profesional requiere neutralidad por parte del profesional porque el proceso se lleva a cabo por el MI del cliente, no por la agenda del profesional.
El proceso terapéutico
El proceso terapéutico se enmarca dentro de una intención general de facilitar la naturaleza de un proceso autocorrectivo del cliente basado en las creencias fundamentales de la UCST, como las discutidas anteriormente, y la aplicación de las técnicas de Terapia CranioSacral (CST). Las técnicas se dividen en tres categorías: las utilizadas solo para la evaluación, aquellas con un objetivo definido (intención central) que se centran principalmente en la reducción de los patrones estructurales o energéticos disruptivos, y aquellas con el propósito principal de apoyar un proceso menos estructurado, también conocido como de final abierto.
Las técnicas de evaluación incluyen las estaciones de escucha de ritmo craneosacral, el arcing y el deslizamiento fascial.
Las técnicas con objetivos definidos son el Protocolo de Diez Pasos, la Inducción de Still Point, las técnicas específicas para reducir las lesiones esfenobasilares, el protocolo CST intraoral, la liberación regional de tejidos, las técnicas para abordar los segmentos facilitados, el equilibrio de chakras y meridianos, la realineación de vectores, la técnica de dirección de energía y las liberación de Quistes Energético.
Las técnicas con un objetivo abierto son la Liberación Somato-Emocional (SER) y las imágenes y el diálogo terapéuticos.
A menudo se da el caso de una superposición de las categorías de las técnicas. Por ejemplo, las técnicas con un objetivo definido comienzan con una fase de evaluación que conduce a una fase activa de facilitar la autocorrección, y en cualquier momento del trabajo, puede surgir SER.
En todas las técnicas se requiere un enfoque neutral del proceso terapéutico, que es una combinación de escuchar, sentir y apoyar a los patrones distintivos del tejido corporal y respuestas del cliente sin ideas preconcebidas sobre cómo o cuándo responderá el tejido; una atención abierta y no concluyente a la persona en su conjunto sin sesgo ni juicio; y una orientación por parte del conocimiento interno del cliente momento a momento, también conocido como MI, con aceptación del proceso y resultado individual del cliente.
La importancia de que el practicante encarne la neutralidad
La neutralidad define el estado del practicante como: tranquilo, quieto, consciente, centrado, compasivo y receptivo. También es un estado activo a través del cual el profesional se relaciona con un cliente y se alinea con él, o es guiado y sigue la guía interna única del cliente. La relación cliente-profesional se conoce en la UCST como fusión (melding) con el cliente.
La fusión comienza con la neutralidad de la aceptación sin juicio de todos los aspectos del cliente como una totalidad, lo que incluye aceptar y cuidar sus deseos de un resultado específico. La neutralidad permite al profesional ver los objetivos del cliente como un aspecto de todo su ser en lugar de usar los objetivos del cliente para idear una plantilla preconcebida sobre cómo lograr esos objetivos. Por ejemplo, Mary Ellen Clark fue una especialista en salto de trampolín que ganó medallas de bronce en los Juegos Olímpicos de 1992 y 1996. Mientras entrenaba para los Juegos Olímpicos de 1996, desarrolló un vértigo que interrumpió drásticamente su entrenamiento. Probó muchas terapias diferentes, pero ninguna ayudó hasta que el Dr. Upledger la trató. En el artículo «An Olympic Comeback» (Lyttle 1996), el Dr. Upledger compartió que el síntoma de la Sra. Clark era vértigo, pero su problema se debió a una vieja rodilla y una lesión en el tobillo que causó tensión y restricción a través de la pelvis y por la columna vertebral y luego se transmitió a su cerebro. Al movilizar la rodilla y el tobillo, se restableció el equilibrio de Mary Ellen, y reanudó un programa de entrenamiento completo para ganar una medalla de bronce en 1996.
En el caso de Mary Ellen, la causa de su vértigo vino de la rodilla y el tobillo, y el efecto fue en su cerebro, que se expresaba como vértigo. ¿Cuántas personas con vértigo, o cualquier otro problema, tienen exactamente los mismos patrones matizados y el mismo historial de causa y efecto? Yo no me atrevería a adivinar nada. La neutralidad libera al profesional de las suposiciones y los enfoques planificados previamente, para poder ver, sentir, aceptar y apoyar al cliente como un individuo único.
Lo opuesto a la neutralidad es un enfoque en el que un profesional asume conocer la causa probable de un problema en particular (síntoma/patología) y utiliza ideas o agendas preconcebidas para abordar la causa. ¿Qué hubiera pasado si el Dr. Upledger hubiera seguido tal enfoque y se hubiera centrado en el cerebro de la Sra. Clark y su sistema vestibular (equilibrio) en lugar de un enfoque neutral de toda la persona? Es posible que la causa real nunca se hubiera encontrado.
Las causas que contribuyen a los síntomas de un cliente son de múltiples capas, están interrelacionadas e involucran a toda la persona. Debido a esta complejidad, es esencial que el profesional encarne la neutralidad y acepte al cliente como un individuo, a diferencia de cualquier otra persona que tenga su camino particular de autocorrección. El camino es del cliente y no está diseñado ni dirigido por el practicante. El papel del profesional es facilitar el proceso del cliente y aceptar que, sea cual sea el camino, se guía por la naturaleza única del cliente, incluso si su viaje parece misterioso, tortuoso, confuso, resistente, errático o sea detenido.
Resumen
La neutralidad enmarca el contexto cliente-practicante con un respeto profundo y de corazón abierto por la naturaleza única de cada persona. Cultiva una relación activa en la que los procesos naturales y la sabiduría interior del cliente guían el proceso terapéutico. Algunas de las cualidades de la neutralidad son respetar, aceptar, confiar, estar abierto y seguir la guía momento a momento del MI y el proceso del cliente, sea lo que sea; ver al cliente como una totalidad que incluye todos los aspectos de la persona; adoptar un estado de practicante que esté equilibrado física, emocional y energéticamente y que no sea de juicio, sin prejuicios ni agendas preconcebidas; y facilitar el proceso del cliente mientras se acepta el resultado como un paso en el camino único del cliente de superación personal.
Bibliografía:
John E. Upledger, D.O., O.M.M.. Cell Talk. Talking to Your Cell(f). California: North Atlantic Books, and UII Enterprises. 2003.
John E. Upledger, D.O., O.M.M.. Upledger Institute International Credo. Upledger Institute International. 1998.
John E. Upledger, DO, OMM.. When the Inner Physician Speaks, I Listen. In Massage Today. 2009 Lyttle, Jeff. An Olympic comeback. Columbus Monthly. 1996.
(Traducido por Fernando Barea Pérez)