Pablo es un niño de 4 años con parálisis cerebral. Sus padres leyeron en esta revista que existía un tipo de tratamiento totalmente inocuo y bastante efectivo que podía ayudar a su hijo, se trataba de la Terapia Cráneo-Sacral. Cuando Pablo vino por primera vez a nuestra consulta era un niño «sin vida»; su cuerpo estaba rígido, sin ningún control de sus movimientos, incapaz de mantener su tronco ni su cabeza rectos y con crisis de convulsiones. Además de sufrir un fuerte estrabismo (desviación de los ojos), su mirada estaba perdida; no se comunicaba ni con gestos ni con palabras o ruidos, aunque si necesitaba el contacto con su familia.

Su madre nos contó que en el segundo mes de embarazo tuvo desprendimiento de placenta y estuvo un mes ingresada en el hospital; entonces un virus hospitalario atacó al feto sufriendo una atrofia de su cerebro. Finalmente nació octomesino y con la cabeza mucho más pequeña de lo normal, con todos los síntomas que caracterizan a la parálisis cerebral.

Explicamos a los padres de Pablo que la Terapia Cráneo-Sacral trabaja sobre las tensiones que existen a nivel de las membranas meníngeas intracraneales, el tubo dural (la envoltura membranosa de la médula espinal) y el resto de tejidos fasciales o membranosos del cuerpo. Existe un ritmo en nuestro cuerpo provocado por la producción y salida del Líquido Cefalorraquídeo en el cráneo; este ritmo se siente con una frecuencia de 6 a 12 veces por minuto y es totalmente independiente del ritmo cardiaco y del ritmo respiratorio. El Líquido Cefalorraquídeo baña todo el sistema nervioso, aportándole nutrientes, limpiándolo de residuos y dándole un protección hidráulica. El Líquido Cefalorraquídeo circula por dentro de las membranas meníngeas, desde el cráneo hasta el sacro-coxis (a este sistema mebranoso continuo se le llama Sistema Cráneo-Sacral).

Es comprensible pues que cualquier alteración o tensión en el sistema cráneo-sacral puede provocar una gran variedad de disfunciones a muy diversos niveles. Por lo tanto, al ayudar al cuerpo a liberar estas alteraciones, todas las estructuras relacionadas con el sistema cráneo-sacral recobrarán su buena función.

Desarrollo del Tratamiento

Cuando vimos a Pablo hace 6 meses presentaba hidrocefalia (aumento del volumen craneal por acumulación de líquido cefalorraquídeo). El tratamiento consistió en relajar todas las tensiones craneales mediante las técnicas cráneo-sacrales, con un tacto sutil y escucha respetuosa de los tejidos. Empleando presiones no superiores a 5 gramos, conseguimos relajar su sutura sagital (unión central entre los dos huesos de la parte superior del cráneo) lo que ayudó a que se normalizara la producción de líquido cefalorraquídeo porque es en esta sutura donde, según los más recientes estudios científicos, se encuentran los principales receptores nerviosos encargados de mantener el volumen correcto de Líquido Cefalorraquídeo.

En sesiones posteriores se ha seguido reafirmando este trabajo, profundizando cada vez más gracias a la colaboración y ganas de vivir crecientes de Pablo. Algunas sesiones han sido de Liberación Somato-Emocional; Pablo adoptaba una posición fetal y sus tejidos revivían en movimiento su propio parto, liberando durante el proceso las restricciones físicas y emocionales instauradas justo en aquel momento y en aquella posición, sin que todo ello suponga ningún peligro ni sufrimiento innecesario para el paciente.

Resultados sorprendentes

Nunca nos gusta dar falsas esperanzas a los pacientes ni a nosotros mismos, pero en este caso los resultados han superado nuestras expectativas. Desde la primera sesión Pablo parecía estar «más vivo», había establecido una comunicación visual con sus padres, no había sufrido ninguna crisis de convulsiones y su cráneo cada vez estaba más proporcionado con su cuerpo y tenía una forma más homogénea.

Ha recibido hasta ahora 5 sesiones y su evolución sigue una línea ascendente. El último día que le hemos visto es el de la foto. Ha crecido mucho, controla mejor sus brazos y piernas, mantiene la cabeza y el tronco; se expresa con sonidos, con sus ojos y con los gestos de su cara. Promete tener un carácter fuerte y lo mejor de todo es su vitalidad y las ganas que tiene de luchar por él y, quién sabe, también por sus padres.

No podemos saber hasta qué punto podremos ayudar a Pablo en su minusvalía; aunque se nos llame con el nombre de una enfermedad, somos seres humanos, con unas capacidades innatas de autocuración, personas que nos seguimos sorprendiendo con lo que la naturaleza nos enseña. Tenemos mucho que aprender.

GUÍA PRÁCTICA

¿En qué consiste?

Mediante un tacto suave y respetuoso se liberan las restricciones óseas, membranosas, viscerales y/o emocionales de los tejidos. Sintiendo el Ritmo Cráneo-Sacral detectamos las tensiones en el sistema de membranas del sistema nervioso (las meninges, y de ellas especialmente la Duramadre) y en el resto del cuerpo.

El Dr. John E. Upledger ha desarrollado todo un sistema de técnicas de evaluación y tratamiento que abarca toda la globalidad del cuerpo, estimulando al cuerpo allí donde lo necesita, asistiéndole en el proceso.

¿Cómo debe ser un buen profesional?

Debe ser un profesional de la salud, con un sólido conocimiento de la anatomía y la fisiología humanas, con una formación reglada y profunda en los diferentes niveles de la Terapia Cráneo-Sacral.

¿Para qué sirve?

Para tratar problemas musculo-esqueléticos, trastornos infantiles por el parto o el embarazo, problemas viscerales, alteraciones emocionales y de comportamiento, etc.

Sesiones Necesarias

Depende de la persona, del problema que presente, de la causa, etc.

Virginia Peralta Sánchez
Profesora TCS del Upledger Institute España